jueves, 20 de enero de 2011

Película: La Vieja de Atrás

Dirección y Guión: Pablo José Meza
Actores: Adriana Aizemberg, Martín Piroyansky, entre otros
Género: Drama
Origen: Argentina/Brasil, 2010
Duración: 115 minutos
Calificación: Apta para todo público

Es una historia muy actual la que aquí se plantea, una mujer Rosa (Adriana Aizemberg), de unos ochenta años, sola, sin una buena relación con algunos familiares, y un joven Marcelo (Martín Piroyansky) que viene desde muy lejos para estudiar buscando algún día poder ser profesional.
Ellos se conocen porque viven en el mismo edificio y piso, pero apenas se saludan, es mas Marcelo la evita.
Cada uno vive en su mundo solitario, ella en un departamento quedado en el tiempo, todos los días hace lo mismo, no deja entrar la luz del sol, lo único que se escucha es la televisión y un canario que casi ni canta; él se encuentra solo, sin nadie que lo ayude a subsistir, con trabajo basura, que apenas lo ayuda para pagar sus gastos, sin amigos, sin novia y sin familiares cerca, y con un único objeto lograr ser médico, su vida se hace también rutinaria; pese a todas las trabas que le presenta la sociedad, en esta Ciudad indiferente, él no quiere volver al campo.
Finalmente esta Ciudad lo vence a Marcelo, trabajar todo el día no le alcanza y volver a su pueblo, parece ser la única salida.
Una tarde se produce el primer encuentro de estos dos seres, porque el ascensor queda trabado entre el noveno y el octavo, y un encuentro, que todo lo cambia; este es uno de los puntos poco claros de la historia se resuelve todo muy rápido, y es poco creíble.
Asi se entrelazan sus destinos, Ella le ofrece un lugar en su departamento, comida, sin cobrarle dinero; pero Él, a cambio, tendrá que escucharla y conversarle diariamente.
Por un tiempo, estos dos pequeños mundos convivirán en un departamento, pero como es de esperar en algún momento salta la gran distancia que existe entre ellos.
La historia termina siendo monótona, reiterativa y cansa, por eso le sobran algunos minutos, el ritmo algo lento, en las actuaciones se nota las diferencias Adriana Aizemberg (Buenos Aires 100 kilómetros, Plata dulce), compone una anciana perfecta con todos sus gestos, manías, entre otras cosas, en cambio a Martín Piroyansky (XXY y El frasco), no sale el personaje compuesto, tópico, no llega a convencer; hay dos personajes mal aprovechados a mi gusto, el florista (Atilio Pozzobón) y la chica del subte; es para pasar un grato momento y ver una obra sencilla y costumbrista.

Mi Opinión: Regular

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